jueves, 29 de enero de 2015


El Mercado Hipotecario dominicano y el lento aprovechamiento de las bondades de la Ley 189-11.

Artículo de Juan Mateo Jiménez María, graduado de Licenciado en Contabilidad y Auditoría en la UNPHU. 

Juan Mateo Jiménez María
La Ley 189-11, que crea el marco regulatorio para el establecimiento del Mercado Hipotecario  y de Fideicomiso, y que abriría las puertas para el uso de los recursos provenientes de los Fondos de Pensiones en la construcción de viviendas de bajo costo, fue vista como una tabla de salvación por muchos sectores sociales que veían abrirse ampliamente las posibilidades de tener un techo propio, y les haría sujetos de créditos en el banco formar, y que les brindaría los pagos de renta mensual por algo que nunca va a ser suyo.

Sin embargo, a cuatro años de supuesta en vigencia, la referida ley no ha provocado el impacto esperado. Varias han sido las razones para que el objetivo no se haya cumplido. La principal podría decirse que ha sido la falta de voluntad de la clase política y el Estado para hacer realidad el sueño de muchas familias dominicanas de escasos recursos.

En mi tesis  de grado, ´´Impacto Financiero de la Ley 189-11 para el Desarrollo del Mercado Hipotecario y el Fideicomiso en República  Dominicana´´ ya habíamos indicado que no bastaba con que se aprobara la ley, sino que era preciso que se le diera cumplimiento.

Actualmente se ejecuta el proyecto Ciudad Juan Bosch, en la parte norte de la Ciudad de Santo Domingo, que es si se quiere el proyecto de mayor renombre entre los que se construyen aprovechando las bondades de la Ley 189-11, ya que es un proyecto habitacional que consta de unos 25 mil viviendas, de las que el actual gobierno de Danilo Medina espera dejar concluidas unas 10 mil al entregar el poder en agosto de 2016.
Quedarían pendientes de construcción unas 15 mil viviendas, o un 60% del proyecto, que quedará sujeto al interés del próximo gobierno de continuar con el mismo. A nivel empresarial, la constructora Bisonó lleva la voz cantante dentro del sector privado en el levantamiento de viviendas de bajo costo.

Pero pese el alto interés de la referida empresa del ramo de la construcción, ´´una sola golondrina no hace verano´´ y por lo visto, el sector financiero esta utilizando esta ley para canalizar los recursos frescos de los fondos de pensiones, pero no lo está destinando totalmente al mercado hipotecario y de fideicomiso establecido por esta ley. Hay mucha desinformación sobre la ley y sobre la forma de acceso para el ciudadano común.

Parecería que al igual que la ley 87-01, que creó el Sistema Dominicano de Seguridad Social, que se vendió como una ley que se había creado para beneficiar a la población en general, cuando en realidad se hizo a imagen y semejanza del gran capital financiero ( ver artículo "Las necesidades de reforma de un sistema hecho a imagen y semejanza del gran capital financiero" de Jorge Jiménez al respecto en el blog Ciencia y Socialismo).

Concluimos diciendo que hay que buscar las vías que sean necesarias para que la información sobre esta ley y sus ventajas, llegue al público, que la sociedad en general se entere, se oriente y se informe, que se empodere para que esta ley no se convierta en letra muerta, y otra mas del montón del circo de leyes dominicanas.


La falta de voluntad del Estado para hacer funcionar esta ley, podría robarnos una oportunidad para acabar de una vez por todas con el traumático déficit de mas de un millón de soluciones habitacionales que acuse el país. O se aprovecha la ley 189-11 o no avanzaremos como sociedad.


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