Estoy totalmente de acuerdo con los comentarios vertidos por el destacado Miguel Gil Mejía en su columna “la esquinita” la cual publica en la página de su autoría licey.com y a la que usted puede acceder en el link http://www.licey.com/la-esquinita/764-el-licey-2011-2012-no-se-merecia-ganar.html ya que la misma no tiene desperdicios.
Sentar a Carlos Triunfel y Jordany Valdespin en un juego de desempate que si usted perdía lo dejaba fuera por el resto de la temporada; insistir hasta la saciedad con Alejandro De Aza, cuando resultó ser un fiasco y no se le veía comprometido con la causa azul; mandar (Julio Paula) a Michael Martínez para el home cuando pudo detenerlo en tercera y haber puesto en aprietos al abridor contrario Lorenzo Barceló, mandar a Erick Aybar al robo en un 8vo. Inc. Cuando ya Yamaico Navarro tenía 2 strikes y no iba a poder protegerlo haciendo swing; sacar a Onelis Pérez cuando estaba muy solido lanzando, en fin, un rosario de cosas de ese solo juego que si seguimos no acabamos hoy.
De ese solo juego. Porque debemos recordar que los problemas venían de antes.
Los Ravelo tienen un serio y fuerte compromiso con la incipiente fanaticada azul, que ve pasar 3 temporadas corridas sin un campeonato, algo que no sucedía al Licey desde 1996-1998, máxime cuando ellos prometieron durante la temporada muerta, recuperar la gloria perdida del Licey y fue lo que menos cumplieron.
Fernando Ravelo hijo parece estar gastado como gerente del Licey; no se le ve como aquel gran estratega que armó equipos ganadores en el pasado y seria bueno que se tomara unas vacaciones.
El Licey no jugó el juego pequeño esta temporada; la defensa fue fatal, pésima y errática y no hubo bateo situacional casi en ningún momento. Un jugador le es concedido un permiso para celebrar cumpleaños al otro día de debutar cuando el barco del equipo amenazaba con hundirse y Nelson Norman, que nos motivó con 5 triunfos corridos, permitió que perdiéramos 3 juegos importantísimos, cual de todos mas, contra las Águilas, que a la postre nos dejaron a la deriva.
Ojala los Ravelo puedan de verdad recuperar la gloria perdida de los Tigres del Licey. El nombre del equipo, se lo merece y su fanaticada lo necesita.
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